Así como conocemos ciertos rasgos generales de las composiciones poéticas, como la métrica, la rima y la distribución de los versos en estrofas (recursos que determinan el ritmo, es decir, lo externo del poema), es necesario conocer aquellos recursos que se relacionan con su forma interna, con su contenido, y que determinan el significado del poema. Hablamos de las figuras literarias.
Las figuras retóricas o literarias son recursos utilizados por el poeta para “jugar” con el lenguaje según sea su intención en la obra. Estas figuras no son exclusivas del género lírico. En realidad, son sumamente comunes en el lenguaje cotidiano. Muchas veces, no llamamos a las personas directamente por su nombre. En esos casos inventamos otros nombres o enunciados que guardan alguna relación con el concepto original, pero que evitan nombrarlo. Dichas expresiones (o sobrenombres) surgen de la semejanza física y/o sicológica que establecemos entre las personas y ciertos animales o cosas.
Figuras literarias
Hipérbole: Es un recurso literario en el que el autor utiliza palabras y frases específicas que exageran y a su vez dan más énfasis, sobre todo, al meollo fundamental de la declaración, con el fin de producir un efecto más notable.
Ejemplo: "Mi dolor es un eterno e infinito lamento".
Personificación: Consiste en atribuir a un ser inanimado o abstracto cualidades propias de los seres humanos.
Ejemplo: “Que el alma que hablar puede con los ojos / También puede besar con la mirada”.
Metáfora: Es una comparación (sin la presencia del nexo comparativo) entre un objeto y otro. Entre dichos objetos no existe una relación directa, sino solo la analogía hecha por el autor. En resumen, cuando hablamos metafóricamente, estamos básicamente comparando una cosa con otra que puede no tener una relación inmediata.
Ejemplo: "El blanco algodón que surca el cielo”. (Blanco algodón = nube).
Ironía: El uso de la ironía en la literatura se refiere a jugar con las palabras de tal manera que el significado implícito en la palabra/oración es en realidad diferente del significado literal derivado. A menudo, la ironía se utiliza para sugerir el fuerte contraste del significado literal planteado. En profundidad, un mayor significado real se revela no por las palabras mismas, sino por la situación y el contexto en el que se encuentran.
Ejemplo:"¡Cuántas lágrimas, sí que me conmueves!". (No ha llorado).
"¡Sin tu ayuda no sé qué hubiera hecho!". (No ayudó en nada).
Recuerda que...
El lenguaje poético, característico de las creaciones líricas, se manifiesta a través de palabras e ideas que simbolizan los elementos que constituyen el mundo interior del poeta: emociones, sentimientos, vivencias. Los recursos empleados son las figuras literarias que transforman las imágenes reales en poéticas, dando mayor belleza, énfasis y significación a lo expresado. Entre algunas de ellas, encontramos la metáfora, comparación, personificación, hipérbole, antítesis e ironía.
La imagen poética
En la vida cotidiana, el lenguaje está al servicio de la significación. Cada palabra cumple un rol más o menos estricto en cuanto a lo que debe significar, evitando en lo posible la ambigüedad. De esta manera, el lenguaje y el uso de la palabra cumplen el propósito de servir a la intención del emisor, y esta intención cobra mayor importancia que la reflexión sobre el propio lenguaje, es decir, utilizamos las palabras sin tener clara conciencia de ellas. El lenguaje, entonces, se transforma en un misterio, algo que tenemos a mano pero que no nos detenemos a mirar. ¿Cuándo comenzamos a entender el mundo por medio de las palabras?, ¿cuándo llamamos a las cosas por su nombre, por primera vez?
La imagen poética se relaciona con esta renovación y consciencia del lenguaje, con la creación de mundos, con rebelarse contra el fin práctico de la comunicación y contra el propio acto de significación cotidiano.
Lo estético y el Surrealismo
El lenguaje posee un nivel práctico, el cual consiste en servir como instrumento. Pero, ¿qué sucede cuando reflexionamos sobre las palabras y sus aspectos físicos (forma, sonido)?, ¿o cuando repetimos una palabra hasta que esta pierde el sentido y nos damos cuenta de que es totalmente extraña? En ese momento, tomamos consciencia del nivel estético de la palabra y la contemplamos en sí misma, en todo su misterio. El poeta, entonces, tiene la facultad de tomar palabras cotidianas y crear mundos en el poema, mezclándolas y produciendo encuentros fortuitos y brillantemente inusuales.
Así, podemos definir como una particularidad del lenguaje poético el uso de la imagen poética, una construcción verbal que representa una imagen mental que proviene de la intuición o visión poética del autor. Esta imagen nos da acceso a una realidad oculta y particular que experimenta el poeta, diferente a la representación racional del mundo cotidiano. Movimientos como el Surrealismo tuvieron origen en una imagen poética:
El encuentro casual de una máquina de coser y un paraguas sobre una mesa de operaciones.
¿Te das cuenta de lo insólito de dicho encuentro? Ambos –la máquina de coser y el paraguas– son instrumentos, sin embargo, su raro encuentro invalida (o atenúa) su carácter práctico. Esta imagen fundacional, cuyo autor fue el Conde de Lautréamont (1846-1870), sintetiza la meta principal del Surrealismo: liberar a la palabra de sus cadenas (y al hombre de su racionalidad), de su condena a significar siempre las mismas cosas, produciendo encuentros nuevos, multiplicando significados, explorando la riqueza de un lenguaje absolutamente ambiguo y auténtico.
Acercamiento a la imagen poética
Unidad y autenticidad parecen ser dos características esenciales de toda imagen poética. La primera porque esta imagen representa una especie de espacio cerrado, como un “microcosmos” que tiene sentido por sí mismo, independiente de nuestro mundo concreto. La autenticidad, por su parte, se relaciona con la novedad y originalidad de la palabra, que la hace un fiel reflejo de la imaginación del poeta.
Es justamente el concepto de imaginación el que está en juego, ya que la imagen poética multiplica los significados de las palabras a través de su poder evocador (podríamos decir que la palabra “explota”, dando lugar a muchísimos significados).
¿Te has preguntado cuál es la relación entre el sueño y la poesía?, o ¿qué significa la imagen de la casa a lo largo de la tradición lírica? Sobre esto último, Gastón Bachelard (1884-1962), filósofo, poeta, físico y ensayista francés, afirmó que en cuanto a imagen poética, una casa representa nuestro primer universo (porque es donde crecemos y donde albergamos nuestros primeros recuerdos). Para Bachelard, la mención de la casa en la poesía no es casualidad, ya que es una imagen simple y liberadora de la imaginación.
Si nos fijamos en los sueños, la casa también es un espacio poderoso. Probablemente hayas soñado con tu casa, o con la casa de algún ser querido o incluso una casa que no existe. Esto es porque ese espacio esarquetípico, es decir, es un símbolo interiorizado en lo más profundo del alma del ser humano y representa la infancia, la calidez materna, el juego, los primeros aromas, etc.
Recuerda que...
La imagen poética, representación de una imagen mental e intuitiva del autor, se relaciona con una apertura del lenguaje, a través de su unidad y autenticidad. Con la imagen, el lenguaje poético desvincula a la palabra de su función cotidiana y práctica y la hace aparecer en toda su densidad; el lenguaje es ambiguo por naturaleza y somos los seres humanos los que reprimimos dicha ambigüedad a través de la racionalidad, expresada en reglas en cuanto a lo que las palabras tienen que significar. La imagen poética, entonces, tiene la función de liberar a la palabra de su restringida función práctica y, de paso, a la misma imaginación del hombre, condenada al igual que la palabra, a servir a una racionalidad que busca ejercer control sobre todos los aspectos de la vida humana.
Las figuras retóricas o literarias son recursos utilizados por el poeta para “jugar” con el lenguaje según sea su intención en la obra. Estas figuras no son exclusivas del género lírico. En realidad, son sumamente comunes en el lenguaje cotidiano. Muchas veces, no llamamos a las personas directamente por su nombre. En esos casos inventamos otros nombres o enunciados que guardan alguna relación con el concepto original, pero que evitan nombrarlo. Dichas expresiones (o sobrenombres) surgen de la semejanza física y/o sicológica que establecemos entre las personas y ciertos animales o cosas.
Figuras literarias
Hipérbole: Es un recurso literario en el que el autor utiliza palabras y frases específicas que exageran y a su vez dan más énfasis, sobre todo, al meollo fundamental de la declaración, con el fin de producir un efecto más notable.
Ejemplo: "Mi dolor es un eterno e infinito lamento".
Personificación: Consiste en atribuir a un ser inanimado o abstracto cualidades propias de los seres humanos.
Ejemplo: “Que el alma que hablar puede con los ojos / También puede besar con la mirada”.
Metáfora: Es una comparación (sin la presencia del nexo comparativo) entre un objeto y otro. Entre dichos objetos no existe una relación directa, sino solo la analogía hecha por el autor. En resumen, cuando hablamos metafóricamente, estamos básicamente comparando una cosa con otra que puede no tener una relación inmediata.
Ejemplo: "El blanco algodón que surca el cielo”. (Blanco algodón = nube).
Ironía: El uso de la ironía en la literatura se refiere a jugar con las palabras de tal manera que el significado implícito en la palabra/oración es en realidad diferente del significado literal derivado. A menudo, la ironía se utiliza para sugerir el fuerte contraste del significado literal planteado. En profundidad, un mayor significado real se revela no por las palabras mismas, sino por la situación y el contexto en el que se encuentran.
Ejemplo:"¡Cuántas lágrimas, sí que me conmueves!". (No ha llorado).
"¡Sin tu ayuda no sé qué hubiera hecho!". (No ayudó en nada).
Recuerda que...
El lenguaje poético, característico de las creaciones líricas, se manifiesta a través de palabras e ideas que simbolizan los elementos que constituyen el mundo interior del poeta: emociones, sentimientos, vivencias. Los recursos empleados son las figuras literarias que transforman las imágenes reales en poéticas, dando mayor belleza, énfasis y significación a lo expresado. Entre algunas de ellas, encontramos la metáfora, comparación, personificación, hipérbole, antítesis e ironía.
La imagen poética
En la vida cotidiana, el lenguaje está al servicio de la significación. Cada palabra cumple un rol más o menos estricto en cuanto a lo que debe significar, evitando en lo posible la ambigüedad. De esta manera, el lenguaje y el uso de la palabra cumplen el propósito de servir a la intención del emisor, y esta intención cobra mayor importancia que la reflexión sobre el propio lenguaje, es decir, utilizamos las palabras sin tener clara conciencia de ellas. El lenguaje, entonces, se transforma en un misterio, algo que tenemos a mano pero que no nos detenemos a mirar. ¿Cuándo comenzamos a entender el mundo por medio de las palabras?, ¿cuándo llamamos a las cosas por su nombre, por primera vez?
La imagen poética se relaciona con esta renovación y consciencia del lenguaje, con la creación de mundos, con rebelarse contra el fin práctico de la comunicación y contra el propio acto de significación cotidiano.
Lo estético y el Surrealismo
El lenguaje posee un nivel práctico, el cual consiste en servir como instrumento. Pero, ¿qué sucede cuando reflexionamos sobre las palabras y sus aspectos físicos (forma, sonido)?, ¿o cuando repetimos una palabra hasta que esta pierde el sentido y nos damos cuenta de que es totalmente extraña? En ese momento, tomamos consciencia del nivel estético de la palabra y la contemplamos en sí misma, en todo su misterio. El poeta, entonces, tiene la facultad de tomar palabras cotidianas y crear mundos en el poema, mezclándolas y produciendo encuentros fortuitos y brillantemente inusuales.
Así, podemos definir como una particularidad del lenguaje poético el uso de la imagen poética, una construcción verbal que representa una imagen mental que proviene de la intuición o visión poética del autor. Esta imagen nos da acceso a una realidad oculta y particular que experimenta el poeta, diferente a la representación racional del mundo cotidiano. Movimientos como el Surrealismo tuvieron origen en una imagen poética:
El encuentro casual de una máquina de coser y un paraguas sobre una mesa de operaciones.
¿Te das cuenta de lo insólito de dicho encuentro? Ambos –la máquina de coser y el paraguas– son instrumentos, sin embargo, su raro encuentro invalida (o atenúa) su carácter práctico. Esta imagen fundacional, cuyo autor fue el Conde de Lautréamont (1846-1870), sintetiza la meta principal del Surrealismo: liberar a la palabra de sus cadenas (y al hombre de su racionalidad), de su condena a significar siempre las mismas cosas, produciendo encuentros nuevos, multiplicando significados, explorando la riqueza de un lenguaje absolutamente ambiguo y auténtico.
Acercamiento a la imagen poética
Unidad y autenticidad parecen ser dos características esenciales de toda imagen poética. La primera porque esta imagen representa una especie de espacio cerrado, como un “microcosmos” que tiene sentido por sí mismo, independiente de nuestro mundo concreto. La autenticidad, por su parte, se relaciona con la novedad y originalidad de la palabra, que la hace un fiel reflejo de la imaginación del poeta.
Es justamente el concepto de imaginación el que está en juego, ya que la imagen poética multiplica los significados de las palabras a través de su poder evocador (podríamos decir que la palabra “explota”, dando lugar a muchísimos significados).
¿Te has preguntado cuál es la relación entre el sueño y la poesía?, o ¿qué significa la imagen de la casa a lo largo de la tradición lírica? Sobre esto último, Gastón Bachelard (1884-1962), filósofo, poeta, físico y ensayista francés, afirmó que en cuanto a imagen poética, una casa representa nuestro primer universo (porque es donde crecemos y donde albergamos nuestros primeros recuerdos). Para Bachelard, la mención de la casa en la poesía no es casualidad, ya que es una imagen simple y liberadora de la imaginación.
Si nos fijamos en los sueños, la casa también es un espacio poderoso. Probablemente hayas soñado con tu casa, o con la casa de algún ser querido o incluso una casa que no existe. Esto es porque ese espacio esarquetípico, es decir, es un símbolo interiorizado en lo más profundo del alma del ser humano y representa la infancia, la calidez materna, el juego, los primeros aromas, etc.
Recuerda que...
La imagen poética, representación de una imagen mental e intuitiva del autor, se relaciona con una apertura del lenguaje, a través de su unidad y autenticidad. Con la imagen, el lenguaje poético desvincula a la palabra de su función cotidiana y práctica y la hace aparecer en toda su densidad; el lenguaje es ambiguo por naturaleza y somos los seres humanos los que reprimimos dicha ambigüedad a través de la racionalidad, expresada en reglas en cuanto a lo que las palabras tienen que significar. La imagen poética, entonces, tiene la función de liberar a la palabra de su restringida función práctica y, de paso, a la misma imaginación del hombre, condenada al igual que la palabra, a servir a una racionalidad que busca ejercer control sobre todos los aspectos de la vida humana.