Romanticismo
La palabra romanticismo es comúnmente usada para designar un exagerado sentimentalismo o todo aquello que se refiere a las relaciones amorosas. Más allá de ese uso coloquial, el Romanticismo corresponde a un período de la literatura que floreció en Europa en el siglo XIX, caracterizado por su fuerte individualismo y la exaltación de los sentimientos y algunos ideales como el amor y la libertad.
El Romanticismo llegó a Latinoamérica, donde fue un movimiento literario relevante para la historia del continente, pues, al destacar como uno de sus valores fundamentales la libertad, inspiró los procesos independentistas de estos países y promovió la creación de las repúblicas nacionales que conocemos hasta el presente.
La época romántica
El Romanticismo, gestado en Europa en la segunda mitad del siglo XVIII, se desarrolló plenamente en el siglo XIX, caracterizándose por la revalorización de la espontaneidad, la fantasía y el sentimiento, siendo el escritor un sujeto capaz de expresar su individualidad, su yo personal en el texto.
El hombre y la mujer del Romanticismo no buscan una explicación lógica frente a los hechos de la vida, al contrario, buscan conectarse con los valores del espíritu a través de la intuición. Por esta razón, es una época en la cual se vive un constante conflicto por el choque que se crea entre las aspiraciones ideales y la inevitable realidad que rodea a las personas.
Debido a este desencanto frente a la vida, frente a lo que se tiene y lo que realmente se desea e idealiza, surgen variadas actitudes: tendencia a la soledad, melancolía, desesperanza, entre muchas otras, las que motivaron la creación de una gama de personajes, como el bandido, el pirata, el aventurero, el rebelde, la mujer fatal y la musa. Los temas literarios fueron el amor, la libertad y la muerte, presentados de forma original tanto en su estilo como en su forma.
Características del Romanticismo
•El aislamiento y la soledad del individuo, quien se entrega a su yo interior y se sumerge en sus propios pensamientos.
•Espíritu individualista, con la exaltación de la propia personalidad.
•El ansia de libertad.
•El irracionalismo, que tiene que ver con lo sobrenatural, la magia y el misterio que atraen al espíritu romántico.
•El espíritu idealista.
•El subjetivismo.
•El nacionalismo.
•La angustia y el choque con la realidad.
El sentimiento de angustia en los literatos románticos es inevitable, debido al curso desenfrenado de los sentimientos y la absorción de los propios pensamientos, que, en la realidad inquietante que acecha a los artistas, los obliga a refugiarse en un mundo fantástico, donde solo hay cabida para ellos, sus sueños e ideales.
El Romanticismo en Latinoamérica
En Latinoamérica también se vivió el Romanticismo, pero, a diferencia de los escritores europeos, los de nuestro continente pusieron el énfasis en lo originario, en las costumbres y tradiciones propias de América, resaltando lo autóctono, lo pintoresco y lo nacional. Se revalorizó la cultura precolombina, estimulándose el deseo de emancipación de España.
El Romanticismo se trata de una nueva forma de independencia que, al valorar la cultura propia, prestó atención a las culturas indígenas y al paisaje nacional, llegando a usar, en los textos, términos o expresiones locales. Ejemplo de ello es Martín Fierro (1872), del argentino José Hernández.
A diferencia de Europa, aquí el desarrollo de la novela fue mayor que el de la poesía. Esto se explica por la situación política que se estaba viviendo. Recordemos que la Independencia es una condición reciente en América, por eso se utilizó la prosa como un arma política para definir y diferenciar las identidades nacionales de las españolas, para reconocer las características geográficas e históricas, para combatir la esclavitud y revalorar el pasado prehispánico y, principalmente, crear una conciencia nacional y tradición cultural.
Muchos de los literatos latinoamericanos también fueron ensayistas, periodistas, políticos y luchadores sociales. Algunos autores que destacaron fueron el colombiano Jorge Isaacs (1837-1895), con María, el argentino José Hernández (1834-1886) con Martín Fierro y el chileno Alberto Blest Gana (1830-1920), conMartín Rivas y Los Trasplantados, entre otras grandes obras.
Realismo
El Realismo se manifiesta durante la segunda mitad del siglo XIX y se extiende hasta principios del siglo XX. En términos generales, podemos decir que surge en clara tensión con el subjetivismo que la estética romántica proponía y desbordaba en sus obras, en un afán drástico de representar fielmente escenas cotidianas.
Es, entonces, una estética literaria que se impone después del Romanticismo, de tal forma que podemos dividir los períodos de la literatura latinoamericana, hasta ese momento, en cuatro grandes etapas: literatura prehispánica, literatura colonial, literatura romántica y literatura realista. Por su parte, las etapas correspondientes temporalmente en Europa son: literatura medieval, literatura renacentista y barroca, literatura romántica y literatura realista.
Características
Los autores realistas pretenden alcanzar la mayorverosimilitud posible en sus obras, y la novela se convierte en la forma literaria preferida para atender la realidad, ya que la prosa, la posibilidad de describir y la extensión del género son características propicias para imitar la realidad. El propósito de esta literatura es representar paisajes, personajes y objetos desde un enfoque prioritariamente externo, describiendo en forma objetiva y fiel todo aquello que se puede percibir mediante los sentidos, como en una pintura o una fotografía.
Para ello, el escritor debe hacer previamente una observación minuciosa de la realidad sobre la cual quiere escribir. Esto significa que mientras más detallada sea la descripción de ese mundo, más creíble será para el lector.
En Francia, Honoré de Balzac, autor de las reconocidas novelas Papá Goriot (1834), Eugenia Grandet (1834) y la trilogía Las ilusiones perdidas (1837-1843), entre otras obras, es un referente destacado de esta estética, pues a lo largo de toda su obra se propuso retratar la sociedad francesa. Otro escritor relevante del realismo es Gustave Flaubert, famoso por su novela Madame Bovary (1857). En España destacan Benito Pérez Galdós, con Fortunata y Jacinta (1886-1887), Juan Valera, con Pepita Jiménez (1874).
Características del Realismo
*Primacía de la novela, pues permite mostrar una panorámica social y así desarrollar personajes con una profunda realidad psicológica, reflejando de forma más objetiva la realidad cotidiana.
*La descripción detallada de personajes, ambientes y espacios, de tal forma que el lector pueda visualizar el espacio donde se configura la acción.
*Preocupación y denuncia por los problemas sociales, como la pobreza, la explotación laboral y las disyuntivas morales y éticas que sufren las familias de las grandes ciudades.
*Uso de un narrador omnisciente que permite dominar todo lo narrado.
El Realismo en Latinoamérica
En Latinoamérica el Realismo no actuó de la misma forma que en Europa, donde se opuso al Romanticismo; por el contrario, en nuestro continente se integró amablemente a él. Esto se comprende por el contexto histórico de América Latina a inicios del siglo XIX, ya que el Romanticismo no estuvo en contra de atender las problemáticas sociales de la población americana, sino que inspiró las duras batallas independentistas. En este sentido, resulta coherente que ambas estéticas hayan convivido en dicho siglo irradiando, cada una a su manera, una mirada crítica sobre la realidad social y política.
En lo que concierne al Realismo, este abordó los problemas sociales en las emergentes ciudades latinoamericanas con un tono melancólico y desencantado en la mayoría de las obras, y una gran sensibilidad hacia los vulnerables o desprotegidos.
Por otro lado, esta nueva óptica permitió a los escritores latinoamericanos dar cuenta, a través de la descripción, de la riqueza de su entorno geográfico. Por ello, en algunos casos, representaron a la naturaleza como un espacio hostil contra el cual el ser humano debe enfrentarse para sobrevivir. Este aspecto está asombrosamente presentado en una novela fundamental del Realismo latinoamericano: La vorágine (1924) del colombiano José Eustasio Rivera.
El Realismo social
Una tendencia literaria propia del Realismo latinoamericano es el Realismo social, que surge entre 1920 y 1924, y que tiene como rasgo principal la denuncia de las desigualdades sociales de los pueblos latinoamericanos. Dentro de esta especificidad, aparece la novela indigenista, cuyo tema es la preocupación por la situación del indígena en las nacientes repúblicas.
Una pionera en este tipo de novela fue la peruana Clorinda Mattos de Turner, con Aves sin nido (1884); le siguen los bolivianos Alcides Arguedas, con Raza de bronce (1919); yJesús Lara, con Predestinados (1922), Surumi (1943) yYanakuna (1952), entre varias obras más. También sobresalen el ecuatoriano Jorge Icaza, con Huasipungo (1934), y el peruano Ciro Alegría, con El mundo es ancho y ajeno (1941). Así también, desde las primeras cuatro décadas del siglo XX, uno de los más sensibles y lúcidos exponentes es José María Arguedas, quien dedicará toda su obra a reflexionar sobre el problema indígena; entre sus novelas encontramos Yawar fiesta (1941), Los ríos profundos (1958) y El zorro de arriba y el zorro de abajo (1971).
La palabra romanticismo es comúnmente usada para designar un exagerado sentimentalismo o todo aquello que se refiere a las relaciones amorosas. Más allá de ese uso coloquial, el Romanticismo corresponde a un período de la literatura que floreció en Europa en el siglo XIX, caracterizado por su fuerte individualismo y la exaltación de los sentimientos y algunos ideales como el amor y la libertad.
El Romanticismo llegó a Latinoamérica, donde fue un movimiento literario relevante para la historia del continente, pues, al destacar como uno de sus valores fundamentales la libertad, inspiró los procesos independentistas de estos países y promovió la creación de las repúblicas nacionales que conocemos hasta el presente.
La época romántica
El Romanticismo, gestado en Europa en la segunda mitad del siglo XVIII, se desarrolló plenamente en el siglo XIX, caracterizándose por la revalorización de la espontaneidad, la fantasía y el sentimiento, siendo el escritor un sujeto capaz de expresar su individualidad, su yo personal en el texto.
El hombre y la mujer del Romanticismo no buscan una explicación lógica frente a los hechos de la vida, al contrario, buscan conectarse con los valores del espíritu a través de la intuición. Por esta razón, es una época en la cual se vive un constante conflicto por el choque que se crea entre las aspiraciones ideales y la inevitable realidad que rodea a las personas.
Debido a este desencanto frente a la vida, frente a lo que se tiene y lo que realmente se desea e idealiza, surgen variadas actitudes: tendencia a la soledad, melancolía, desesperanza, entre muchas otras, las que motivaron la creación de una gama de personajes, como el bandido, el pirata, el aventurero, el rebelde, la mujer fatal y la musa. Los temas literarios fueron el amor, la libertad y la muerte, presentados de forma original tanto en su estilo como en su forma.
Características del Romanticismo
•El aislamiento y la soledad del individuo, quien se entrega a su yo interior y se sumerge en sus propios pensamientos.
•Espíritu individualista, con la exaltación de la propia personalidad.
•El ansia de libertad.
•El irracionalismo, que tiene que ver con lo sobrenatural, la magia y el misterio que atraen al espíritu romántico.
•El espíritu idealista.
•El subjetivismo.
•El nacionalismo.
•La angustia y el choque con la realidad.
El sentimiento de angustia en los literatos románticos es inevitable, debido al curso desenfrenado de los sentimientos y la absorción de los propios pensamientos, que, en la realidad inquietante que acecha a los artistas, los obliga a refugiarse en un mundo fantástico, donde solo hay cabida para ellos, sus sueños e ideales.
El Romanticismo en Latinoamérica
En Latinoamérica también se vivió el Romanticismo, pero, a diferencia de los escritores europeos, los de nuestro continente pusieron el énfasis en lo originario, en las costumbres y tradiciones propias de América, resaltando lo autóctono, lo pintoresco y lo nacional. Se revalorizó la cultura precolombina, estimulándose el deseo de emancipación de España.
El Romanticismo se trata de una nueva forma de independencia que, al valorar la cultura propia, prestó atención a las culturas indígenas y al paisaje nacional, llegando a usar, en los textos, términos o expresiones locales. Ejemplo de ello es Martín Fierro (1872), del argentino José Hernández.
A diferencia de Europa, aquí el desarrollo de la novela fue mayor que el de la poesía. Esto se explica por la situación política que se estaba viviendo. Recordemos que la Independencia es una condición reciente en América, por eso se utilizó la prosa como un arma política para definir y diferenciar las identidades nacionales de las españolas, para reconocer las características geográficas e históricas, para combatir la esclavitud y revalorar el pasado prehispánico y, principalmente, crear una conciencia nacional y tradición cultural.
Muchos de los literatos latinoamericanos también fueron ensayistas, periodistas, políticos y luchadores sociales. Algunos autores que destacaron fueron el colombiano Jorge Isaacs (1837-1895), con María, el argentino José Hernández (1834-1886) con Martín Fierro y el chileno Alberto Blest Gana (1830-1920), conMartín Rivas y Los Trasplantados, entre otras grandes obras.
Realismo
El Realismo se manifiesta durante la segunda mitad del siglo XIX y se extiende hasta principios del siglo XX. En términos generales, podemos decir que surge en clara tensión con el subjetivismo que la estética romántica proponía y desbordaba en sus obras, en un afán drástico de representar fielmente escenas cotidianas.
Es, entonces, una estética literaria que se impone después del Romanticismo, de tal forma que podemos dividir los períodos de la literatura latinoamericana, hasta ese momento, en cuatro grandes etapas: literatura prehispánica, literatura colonial, literatura romántica y literatura realista. Por su parte, las etapas correspondientes temporalmente en Europa son: literatura medieval, literatura renacentista y barroca, literatura romántica y literatura realista.
Características
Los autores realistas pretenden alcanzar la mayorverosimilitud posible en sus obras, y la novela se convierte en la forma literaria preferida para atender la realidad, ya que la prosa, la posibilidad de describir y la extensión del género son características propicias para imitar la realidad. El propósito de esta literatura es representar paisajes, personajes y objetos desde un enfoque prioritariamente externo, describiendo en forma objetiva y fiel todo aquello que se puede percibir mediante los sentidos, como en una pintura o una fotografía.
Para ello, el escritor debe hacer previamente una observación minuciosa de la realidad sobre la cual quiere escribir. Esto significa que mientras más detallada sea la descripción de ese mundo, más creíble será para el lector.
En Francia, Honoré de Balzac, autor de las reconocidas novelas Papá Goriot (1834), Eugenia Grandet (1834) y la trilogía Las ilusiones perdidas (1837-1843), entre otras obras, es un referente destacado de esta estética, pues a lo largo de toda su obra se propuso retratar la sociedad francesa. Otro escritor relevante del realismo es Gustave Flaubert, famoso por su novela Madame Bovary (1857). En España destacan Benito Pérez Galdós, con Fortunata y Jacinta (1886-1887), Juan Valera, con Pepita Jiménez (1874).
Características del Realismo
*Primacía de la novela, pues permite mostrar una panorámica social y así desarrollar personajes con una profunda realidad psicológica, reflejando de forma más objetiva la realidad cotidiana.
*La descripción detallada de personajes, ambientes y espacios, de tal forma que el lector pueda visualizar el espacio donde se configura la acción.
*Preocupación y denuncia por los problemas sociales, como la pobreza, la explotación laboral y las disyuntivas morales y éticas que sufren las familias de las grandes ciudades.
*Uso de un narrador omnisciente que permite dominar todo lo narrado.
El Realismo en Latinoamérica
En Latinoamérica el Realismo no actuó de la misma forma que en Europa, donde se opuso al Romanticismo; por el contrario, en nuestro continente se integró amablemente a él. Esto se comprende por el contexto histórico de América Latina a inicios del siglo XIX, ya que el Romanticismo no estuvo en contra de atender las problemáticas sociales de la población americana, sino que inspiró las duras batallas independentistas. En este sentido, resulta coherente que ambas estéticas hayan convivido en dicho siglo irradiando, cada una a su manera, una mirada crítica sobre la realidad social y política.
En lo que concierne al Realismo, este abordó los problemas sociales en las emergentes ciudades latinoamericanas con un tono melancólico y desencantado en la mayoría de las obras, y una gran sensibilidad hacia los vulnerables o desprotegidos.
Por otro lado, esta nueva óptica permitió a los escritores latinoamericanos dar cuenta, a través de la descripción, de la riqueza de su entorno geográfico. Por ello, en algunos casos, representaron a la naturaleza como un espacio hostil contra el cual el ser humano debe enfrentarse para sobrevivir. Este aspecto está asombrosamente presentado en una novela fundamental del Realismo latinoamericano: La vorágine (1924) del colombiano José Eustasio Rivera.
El Realismo social
Una tendencia literaria propia del Realismo latinoamericano es el Realismo social, que surge entre 1920 y 1924, y que tiene como rasgo principal la denuncia de las desigualdades sociales de los pueblos latinoamericanos. Dentro de esta especificidad, aparece la novela indigenista, cuyo tema es la preocupación por la situación del indígena en las nacientes repúblicas.
Una pionera en este tipo de novela fue la peruana Clorinda Mattos de Turner, con Aves sin nido (1884); le siguen los bolivianos Alcides Arguedas, con Raza de bronce (1919); yJesús Lara, con Predestinados (1922), Surumi (1943) yYanakuna (1952), entre varias obras más. También sobresalen el ecuatoriano Jorge Icaza, con Huasipungo (1934), y el peruano Ciro Alegría, con El mundo es ancho y ajeno (1941). Así también, desde las primeras cuatro décadas del siglo XX, uno de los más sensibles y lúcidos exponentes es José María Arguedas, quien dedicará toda su obra a reflexionar sobre el problema indígena; entre sus novelas encontramos Yawar fiesta (1941), Los ríos profundos (1958) y El zorro de arriba y el zorro de abajo (1971).